En 1976
agarré y nací en Bilbao pero rápidamente me trasladaron a Vitoria envuelto en
una manta como una docena de churros. Fue en la escuela donde me aficioné a
decorar los libros de texto con dibujitos. Nunca pensé en hacer de ello mi
profesión: Al principio soñaba con ser astronauta pero se ve que hay poco
trabajo y mi perfil no parecía ser el más adecuado. Más tarde, en la
adolescencia, se me antojó ser piloto de combate pero el ejército no era para
mí: Madrugar es algo terrible y el ejercicio físico me ha parecido siempre una
cosa de muy mal gusto. Así que terminé estudiando Bellas Artes en Salamanca
desde 1996 hasta el 2001 cuando me fui a Madrid a trabajar como ilustrador.
Actualmente compagino mi oficio de dibujante (y en menor medida pintor) con la
de modelo en una escuela de pintura pues creo que es justo y necesario que el
mundo disfrute tanto como yo mismo de la hermosura, el donaire y las juguetonas
proporciones que me han sido otorgadas.